las cuales se disponen tallas de madera, de tamaño natural, que representan distintos pasajes de la Pasión de Cristo.
El desfile recorre las calles siguiendo una figura de cruz latina, precedido por una “sahumadora” (una joven vestida de ñapanga y con un sahumerio de barro en las manos), en compañía de la correspondiente “procesión chiquita”, compuesta por figuras más pequeñas, llevadas por niños, y otros personajes típicos, como el barrendero, los alumbradores y el corregidor.

Los cargueros, grandes y chicos, visten el uniforme tradicional, compuesto por un sayal (hábito) de penitente azul oscuro, sujetado en la cintura con un amplio fajín blanco y un capirote (especie de sombrero puntudo) sobre la cabeza. Cada noche, los pasos son decorados con grandes cirios encendidos y cientos de flores de un color específico: blanco, rosa, rojo y púrpura, reservando para el último día los arreglos multicolores.